Costumbre finlandesa desde hace más de 2000 años, la sauna es una tradición social y familiar en el país de los lagos helados y de los bosques azules. Ésta se practica regularmente y proporciona a sus utilizadores numerosos beneficios: calma los nervios, ayuda a canalizar el estrés, elimina tensiones musculares,... si hablamos de relajación, la sauna reduce el cansancio y da alegría gracias a su acción sedante. Los beneficios de la sauna sobre el corazón han sido objeto de numerosos estudios que han demostrado la acción benéfica de este cuidado sobre la circulación sanguínea y la piel.
Verifica tu capacidad a soportar el calor
Pero aunque sean numerosos sus beneficios, es necesario verificar a con nuestro médico nuestra capacidad de soportar el calor seco de la sauna antes de practicarla. La vasodilatación de los vasos sanguíneos debida al calor activa la aceleración rápida de los latidos del corazón y representa un peligro para las personas afectadas de enfermedades cardiovasculares. La sauna presenta ciertas contraindicaciones en caso de problemas circulatorios. También está desaconsejada para asmáticos y personas que sufren problemas respiratorios, ya que activa una aceleración de la respiración y puede ocasionar una sensación de opresión.
La sesión de sauna
Antes de acceder a la sauna, toma una ducha muy caliente que te recalentará y te relajará. Sécate minuciosamente antes de entrar en la cabina. La sauna se toma desnudo, únicamente con una toalla por medidas de higiene. No llevar nada permite una mejor evaporación del sudor. Entra sin joyas, gafas, etc. que podrían quemarte. Tampoco lleves nada para leer. Los vapores de la tinta pueden ser tóxicos. Si te tiñes el pelo verifica con el peluquero la resistencia de la coloración. Ciertos colorantes de cabellos no resisten la sauna.
La sauna es ante todo un momento de descanso. El primer paso por la cabina dura cerca de 12 minutos. El calor denso de la sauna puede parecer un poco oprimente durante las primeras sesiones. Con el fin de aclimatarte, las primeras sesiones es preferible que te instales sobre el banco de abajo, ya que la grada superior de la cabina es una zona más caliente. Tan pronto como el sudor aparezca sobre tu piel, puedes salir. Si tu cuerpo no transpira, no insistas. Sal y empieza de nuevo. Después de esta primera dosis de calor, toma una ducha (esta vez fresca si puedes).
Tonificado por este entreacto de frescura, sécate y túmbate, con las piernas ligeramente levantadas, sobre una cama reservada con este fin. Descansa, bien abrigado bajo una toalla durante 15 minutos. Tras ese tiempo de descanso (es importante tomarlo) nos daremos otra ducha (esta vez caliente) y nos secaremos antes de empezar de nuevo un paso por la sauna de una duración de 15 minutos. Un reloj de arena situado en la sauna nos señala el tiempo. Practica una última vez este ritual de ducha fresca, secado, descanso, ducha caliente, secado y sauna.
En total, tres pasos por la sauna son los aconsejados. El último período de descanso será un poco más largo, alrededor de los 20 minutos. En las duchas puedes utilizar un guante de crin para eliminar las pieles muertas que el calor habrá permitido despegar y aplicar luego aceites esenciales tonificantes sobre la piel.
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