El masaje tibetano está basado en los principios de la creencia budista. Esta técnica consiste en la utilización de saquitos en forma de petate que contienen una mezcla de productos originarios del Tíbet. Dentro de cada saquito se encuentran las sales del mar muerto y piedras antiguas procedente del Himalaya.
El masaje tibetano se efectúa sobre una mesa de masaje en posición tumbada. En el momento de la sesión de masaje, el práctico facultativo dispone sobre el cuerpo de la persona que va a recibir el masaje cuerpo los saquitos previamente calentados. Cada saquito será colocado con precisión sobre ciertos puntos reflejos del cuerpo. El masajista procederá después a la aplicación de un cóctel de aceites esenciales a base de aceite de almendra dulce. Esta aplicación será seguida de un masaje especial con los saquitos. El calor de éstos favorecerá la acción benéfica de los elementos utilizados durante el masaje.
La sensación de calor que invade el cuerpo ayuda a vivir un momento de verdadera relajación y de bienestar. Esta sensación de bienestar profundo es muy eficaz para remediar todos los fenómenos ligados al estrés. Los aceites esenciales y el calor también ayudan al organismo a eliminar grasas y toxinas. Este masaje posee por tanto una propiedad exfoliante y purificante para nuestro cuerpo. Actuando sobre los puntos reflejos del organismo, el masaje tibetano también nos permitirá reencontrarnos con un perfecto equilibrio a nivel físico, psíquico y emocional.
Gracias a los efectos de los aceites esenciales, este masaje es muy eficaz para el alivio de los dolores de origen muscular y articular. Esta técnica también es conocida por sus efectos estéticos, ya que el masaje tibetano es muy beneficioso para la estructura de la piel. El calor y los aceites esenciales son un buen remedio para lograr una piel dulce y en buena salud.
|