Las duchas representan uno de los cuidados principales dispensados en un tratamiento termal. A cada orientación corresponde un tipo de tratamiento y, por tanto, una cierta potencia y una presión de chorros, un flujo preciso, una localización particular sobre el cuerpo del paciente,... Utilizadas para tratar tanto afecciones cutáneas como para aliviar dolores articulares, las duchas termales ofrece beneficios sedantes o tonificantes múltiples, a nivel general o locales.
Ducha de chorro a presión
Es el cuidado más habitual. De pie y sujeto a una barra fijada a la pared, el paciente recibe chorros de cierta intensidad enviados por un agente especializado situado a 5 metros de él. El agua sale primeramente a una temperatura comprendida entre los 36 y los 39°C, para posteriormente enfriarse poco a poco. Su ventaja es permitir el cambio de temperatura y de presión del agua en el transcurso de la misma sesión y proyectar chorros sobre todo el cuerpo o sólo sobre la zona dirigida (por ejemplo sobre el tórax en curas de vías respiratorias o sobre el abdomen en curas de afecciones digestivas).
La ducha filiforme
Efectuada por el médico termal sobre los pacientes, esta ducha se caracteriza por aplicar finos chorros con una abundante presión de agua. Esta ducha se aplica durante aproximadamente cinco minutos, y tiene como función disminuir las contracturas musculares y relajar cualquier puntos de tensión.
La ducha de vapor
Prescrita en el marco de una cura para tratar las afecciones de las vías respiratorias (particularmente la bronquitis), la ducha de vapor consiste en proyectar un chorro de vapor sobre el tórax del paciente con el fin de crear un fenómeno de revulsión.
La ducha babosa
Esta ducha se administra con una boquilla provista de una contera llana pero sin presión, que lo que hace es dejar correr el agua solamente. Según la orientación del tratamiento, sus virtudes sedantes actúan sobre localizaciones diversas (lumbar, hepática,...).
La ducha bajo inmersión a alta presión en piscina
Un chorro de agua termal submarina en piscina actúa sobre el paciente. Este tipo de ducha forma parte de los cuidados generales y es prescrito en casos de contracciones de los músculos paravertebrales (particularmente las ciáticas).
|